Observations | Reúne este sello dos elementos eminentemente peculiares o caracterÃsticos de nuestro paÃs: el abanico y el mantón de Manila.
ABANICO Y
MANTÓN DE MANILA
El abanico, además de ser un instrumento que proporciona aire fresco a su usuario, ha sido utilizado a lo largo de la historia como objeto con el que emitir mensajes, ya que con él se pueden practicar distintas formas de lenguaje. De hecho, este instrumento, dependiendo de cada movimiento, que tiene su propio significado, hacÃa transmitir un código secreto que servÃa de comunicación entre personas.
Apareció el abanico plegable, por vez primera, en España en el siglo XVI. Sin embargo, en éste y en siglos posteriores, la importación de ejemplares procedentes de Italia y Francia fue tan importante que el rey Carlos II en 1679 se vio obligado a limitarla. Se sabe que en el siglo XVIII habÃa en Madrid numerosos artesanos abaniqueros, aunque será Valencia la que se consolide como centro productor. Por ello, en 1802, se instala allà la Real Fábrica de Abanicos.
El mantón, una prenda de adorno femenino originaria de china, que se introdujo en Manila en el siglo XVI, está elaborado con piezas de seda bordada y fue llevado por comerciantes españoles a nuestras colonias americanas de México, Guatemala y Perú. A finales del siglo XVIII su uso se extendió por ciudades de Estados Unidos. Un siglo después en España se popularizó y fue muy usado como pieza de abrigo o complemento de vestir. Desde nuestro paÃs, esta prenda de adorno femenino logró extenderse por Europa. El mantón, una vez introducido en España, adoptará en su diseño elementos ornamentales y coloristas propios de la flora autóctona española. Esta pieza selecta del vestuario femenino, adornada aquà con flecos largos, se destina a ser lucida en grandes solemnidades y actos excepcionales. |
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